Ya hemos dicho que escribir es fácil. Lo difícil es escribir bien. Para conseguirlo se deben tener en cuenta diferentes factores: encontrar la inspiración, definir un estilo, encontrar el tono, vigilar las faltas de ortografía, asegurarse que aquello que escribes se entiende, llamar la atención del lector, conectar con el público objetivo, conseguir una reacción en la persona que te lee, empatizar… Vamos, que hacer un buen texto no es nada fácil. Pero tampoco imposible. Y, al igual que escribir, crear y planificar contenidos tampoco lo es. Requiere creatividad, organización, tener algo que contar, responder a una necesidad de tu público y un largo etcétera.